08/04/21
La escena es más o menos esta: hay un trancón en el túnel de una autopista de dos carriles que van en el mismo sentido. Todos los carros están detenidos y en el rostro de los conductores solo hay hastío. De súbito, uno de los carriles recupera el flujo. “Se acabó el trancón”, dice un conductor del carril que aún está quieto y lo invade un sentimiento de esperanza mientras se incorpora y espera su turno. Pero el tiempo pasa y su carril no se mueve. Después de un rato la esperanza se convierte en frustración y el conductor se desespera, mira al frente, un segundo antes de acelerar se percata de que los demás conductores de su carril pensaron como él y entre todos colapsan el carril contiguo.
La imagen la utilizó Albert Hirschman para explicar su noción del “efecto túnel”, que define como ese intervalo de tiempo en el que los excluidos de las ganancias del crecimiento perciben el progreso de los otros como una luz de esperanza sobre su futuro. El efecto túnel, además, se acaba de repente.
La noción de Hirschman es importante porque incorpora las expectativas en la relación entre crecimiento y desigualdad. Solo las sociedades que cuentan con el bono del efecto túnel tolerarían una estrategia secuencial de crecimiento y después, solo después, de equidad.
La crisis del Covid ocasionó en Colombia la caída del PIB y exacerbó la desigualdad. Por tanto la recuperación exige crecimiento y redistribución. Y es en este punto donde el efecto túnel estimula preguntas útiles:
¿Cuenta Colombia con un bono de tolerancia por la desigualdad para la reactivación? ¿La crisis del Covid precipitó el final del efecto túnel? ¿Puede ser la equidad una promesa para el horizonte abstracto?
La tensión social que estalló antes del Covid da para pensar que en Colombia queda poca tolerancia por la desigualdad.
Hirschman remata su ensayo del efecto túnel con tres conclusiones:
Primera, gobernantes y hacedores de política tienden a olvidar que la válvula de seguridad que proporciona el efecto túnel se rompe de repente. La velocidad y la conexión con las expectativas de la sociedad importan.
Segunda, los países que ya se consumieron el tiquete del efecto túnel tienen que avanzar en crecimiento y equidad de forma simultánea y para lograrlo es probable que deban cambiar sus arreglos institucionales.
Tercera, la política sí importa a la hora de implementar una estrategia de crecimiento y equidad. Y lo más complicado: el fin del efecto túnel puede coincidir con el declive de los gobiernos democráticos.
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